domingo, 24 de octubre de 2010

Ignorancia.


Cuando ignoramos, ignoramos hasta la ignorancia. Ignorancia que volvió a lastimar. El ignorante soporta maldades, falsedades que ignoran la verdad. Lo van boqueando los otros ignorantes que no entienden del perdón como cobardes
y el corazón junta valor, ignorando lo que tiene que ignorar. Valorando la libertad, más unidos que cautivos podemos aguantar. La sociedad nos va a ignorar corrompiendo asi nuestra realidad. Aprendiendo de toda esta ignorancia, ignoramos lo que va a venir sin ignorar la honestidad que por suerte enseña un poco más. Ignorar a los que ignoran es igual odiar, tu fusilo mi venganza no demuestra dignidad. No ignorar a Jesús, a una paloma, no ignorar al policía que traiciona. Ignorar tu identidad es ignorar mi alma sin paz. Así es que ignoro aquel que lo crea aquel que mi dolor no vea ni quiera ver. Si la luna y sus estrellas o en el sol encuentro fuerza y en tus manos el amor y en tu abrazo encuentro eso que llaman dios. Siendo ignorante dentro de un pueblo ciego sin mas valor que la televisión, hay presidentes lazarillos que prometen cielos y luego cumplen con su propia salvación. Ignorar nuestro presente, nuestra historia. Ignorar cuando nos mienten y nos roban. Ignorar nuestra ignorancia fue lo que nos trajo acá, a sufrir hasta sangrar la consecuencias que ser juez y parte de nuestra ignorada inconsciencia hasta el momento en que el destino fue nuestro final. Sentencia de una idea sin felicidad repetida secuencia de la ciencia de perder las cosas importantes de verdad. Saber o no saber, vos no sos el que lo ves elegir pero ausente de tus propios sueños no se puede vivir, no. Ni tampoco te podés caer bajo el pie del que saquea sembrando el miedo como sistema, durmiendo al anhelo con la tragedia haciendo cárceles en tu cabeza. Ser ignorante no te exime, pero tampoco te convierte en un traidor. El ignorante no solo ignora su ignorancia, también ignora su perdón.

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