jueves, 29 de diciembre de 2011

No olvidar, siempre resistir.


Con los brazos en alto porque empezó la fiesta, los primeros acordes, el pulso acelerado... ¡Estaban tan felices! que mirando hacia arriba agradeció a la vida por ese gran momento. Se acordó de su vieja pidiéndole que crea, que “no todo es tan malo en este territorio” y se juró contarle lo bien que se sentía cuando volviera a casa, después de “Callejeros”. Allí quedó la nota, pegada en la heladera, redondeada carita de bocaza sonriente:
“Me voy para el boliche, no te enojes, un beso.
Cuando vuelvo , charlamos... Sabés cuánto los quiero".


30-12-04


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