miércoles, 13 de abril de 2011

...

Orgullo querido:

¡Tanto tiempo sin encontrarte y acá estás! Pensé que jamás iba a volver a verte, aunque la realidad me decía que jamás te tuve. Hace tiempo creí que todos tenian el suyo menos yo. Cosas de la vida, ya sabés… es que uno siempre se cree inferior al resto por razones que si me pongo a pensar ahora no podria explicar. O sí puedo explicar: haber vivido la vida de otro y mandarte de vacaciones, porque cuando uno deja de vivir su vida el primero que siente esa decisión sos vos. Y te falléTodavia recuerdo aquel momento en el que me sentí perdido en medio de la nada. Destruida, sin ánimo, abatida. Había pasado de una felicidad de novela a estar al borde del abismo. Sin mí, sin vos… Con una herida generada por mi propia decisión. Todos me decían “boluda, es una pibe”, “un mes no es nada”, “no pensé que te iba a pegar tan fuerte”. ¿Pero sabés una cosa? Me faltaba ese orgullo interno que todo lo puede. El que dejé de lado por vivir la vida de otra persona. Antes de seguir necesito pedirte perdón. Fue muy estúpido alejarme de vos. Muchos creen que decir “orgullo” es sinónimo de rencoroso, de dolido o de hijo de puta. Nada de eso. En todo este tiempo que te mandé de viaje con Dios sentí que algo me faltaba y que tenía nunca creí necesitar. Hasta hoy. Hoy es el día en el que me quiero reconciliar definitivamente con vos. Me hiciste falta en todo este tiempo. Fue volver a conocerme a mí mismo el volverte a ver. Me hiciste sentir que nada está perdido si uno mismo se da cuenta que el poder rige en uno y no en otros. Me acerqué cuando más te necesitaba. Otra persona pensaría que soy una interesada y con todo su derecho me mandaría a cagar. Pero vos no. Abriste tu alma y me abrazaste bien fuerte, sin final. Tan fuerte que me sentí completa por primera vez en mi vida. Hoy puedo decirle a todo el mundo que soy una piba completa. Porque reconocí mis errores y porque me reconcilié con mi parte más olvidada por mí misma. Aquella que aparece cuando todos creen que te caes para no volver a levantarte. Y me levanté. Por mí, por vos. Por todos los que me ayudaron. Lo último que te quería decir en estas líneas es que haberte dejado de lado me sirvió para aprender algo que me servirá por el resto de la vida. Justamente fue aquello que me pasó y por lo cual te había tirado a la basura. Nadie puede resignar su orgullo. El orgullo es el motor del alma. Aquel que renuncie a su orgullo estará navegando en la penumbra del “ya no ser”. Por suerte soy una persona completa y hoy quisiera invitarte a recuperar todo el tiempo que perdí sin vos

No hay comentarios:

Publicar un comentario