miércoles, 4 de agosto de 2010

Las pastillas del abuelo.


No se como pudo entrar en mí, este intruso que quiere algo de vos. Aunque tenga que luchar contra viento y marea, subir peldaño por peldaño quiero amar y envejecer. Como el cowboy, me juego el corazón en el country de la soledad donde estas esperándome, no te pido muchas cosas, sólo te pido lo mas lindo: recuerdos, historias. Pero estoy perdido y me resulta imposible, me han dicho: ama a quien llora por ti, pero tengo miedo a equivocarme. Necesito otra vuelta de tuerca, ver todo desde la postura o una doctora, decirle que estoy envuelto en soledad por culpa de la casada, esa clásica y moderna que estoy loco por volverla a ver, ella es como una princesa y yo un ratón. Escuchando a Sabina y Piazzola me refugio en la cerveza con este candombe de resaca; me estoy poniendo viejo entre tantos oportunistas, tantas escaleras, tantas contradicciones; ya no se que es Dios, no se que carajo es el amor, no se de donde vengo, no se hacia donde voy, no se que vicios tengo, no se si quiero tener razón o ser feliz, no se si es locura o realidad; quiero saber cuando parar. No se que hago yo esperando un puto As. Pero tendré que vivir a conciencia esta elección, quizás después esta crisis me la curen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario